Siempre he querido tener una pérgola de madera, desde que paseé bajo una pérgola cubierta de jazmines hace muchos años en Italia. Esa pérgola en concreto era antigua, con pilares de piedra desgastados y maderos retorcidos; era muy bonita, al igual que las vistas al lago de Como. Pero lo que también recuerdo con claridad, además del embriagador aroma a jazmín, era la sombra que daba en un día de calor abrasador. Me sentí tan bien al poder pasear tranquilamente por el jardín privado y a la vez estar protegida del calor directo del sol. Entonces pensé que si alguna vez vivía en un país cálido y tenía una casa con jardín, sin duda tendría una pérgola; era mi sueño vivir en climas más cálidos.
Bueno, eso fue hace muchos años y mi sueño finalmente se hizo realidad cuando mi familia y yo vendimos y nos trasladamos a la España rural del interior. Compramos una antigua casa de campo cerca de Pinoso, en la región de Alicante, equidistante de Jumilla, Yecla y Fortuna. La casa tenía vigas de madera por todas partes y paredes de piedra tosca de los campos. Era una combinación encantadora y nos enamoramos de ella a primera vista. Sin embargo, quedaba mucho trabajo por hacer en la renovación y pasaron muchos años antes de que pudiéramos tomar la decisión de poner en marcha el jardín, que por supuesto incluía una pérgola.
Después de mucho trabajo y de despejar las rocas, por fin llegamos al punto en el que se había hecho el trazado del jardín y se podía construir la pérgola. Queríamos que diera la vuelta a tres lados del jardín para poder recorrer el perímetro y contemplarlo en su totalidad. La pérgola también haría de límite natural, permitiéndonos centrarnos en qué plantar y dónde construir los parterres. Así que, para poder aprovechar las ventajas de la pérgola (mantener a raya el calor del día), tenía que estar colocada antes de que pudiéramos plantar nuestros jazmines trepadores, madreselvas y buganvillas, que tardarían unas cuantas temporadas en establecerse por completo.
Barajamos muchas opciones sobre el aspecto que debíamos dar a la pérgola y al final nos decidimos por una construcción totalmente de madera, para que se integrara en la casa y el paisaje circundante. Ni que decir tiene que debía estar sólidamente construido con madera tratada de alta calidad. Sabía lo suficiente para saber que la madera tratada mantiene alejados a los bichos que se comen la madera, pero no tenía suficientes conocimientos de bricolaje para construir una estructura profesional con extremos perfilados en los travesaños. Fue entonces cuando un amigo me recomendó Woodworks Direct, un carpintero situado cerca, en la frontera con Murcia. Les habían construido un cenador de madera y una marquesina y estaban muy contentos con su trabajo. Me puse en contacto con ellos sobre la pérgola y en un mes su equipo llegó al lugar y la construyó. Y ahora, unos años después, nuestra pérgola está cubierta de plantas trepadoras y podemos pasear por el borde de nuestro jardín maduro sin quemarnos con el sol. Merece la pena planificar el jardín antes de ponerse manos a la obra, y construir una pérgola le dará un toque especial al conjunto. Puede que no tenga un lago italiano al que mirar, pero tengo el perfume, los recuerdos y un jardín del que puedo estar orgullosa. Quizá construya un estanque para peces.
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